Hacer papel a mano es fácil, solo son nesarios e imprescindibles dos elementos, la celulosa y el agua.
La celulosa está presente en todo el reino vegetal formando el esqueleto de las plantas, es además uno de los elementos mas estables que existen, resistente al ataque de ácidos y álcalis y no soluble en agua.
El agua debe ser dulce, lo mas limpia posible de materia orgánica, por ello los molinos, simpre que se podía, se instalaban en las cabeceras de los ríos por encima de las grandes poblaciones.
En esta nueva entrada voy a hablar solo de la elaboración mas elemental del papel, es decir, la elaboración de papel partiendo de pulpas ya procesadas tales como Algodón, Lino, Abacá, Yute etc…..
Materiales necesarios.
Pulpa de celulosa. Son fibras de celulosa procesadas y blanqueadas industrialmente que se presentan en laminas prensadas. Las pulpas vienen muy limpias y secas y en general son de una calidad muy alta. Para desfribrar estas láminas solo es necesario ponerlas en un depósito con agua y agitar con una batidora, que puede ser de cocina, albañileria etc… Con suficientes r.p.m.
Batidora. Es ideal una batidora de cocina industrial, también sirven las domésticas; pero estas tienen un motor pequeño y pueden quemarse en un trabajo prolongado. Las batidoras profesionales tienen motores eléctricos potentes y puede regularse el número de revoluciones al que trabajar. El desfibrado suele ser bastante rápido en las pulpas de Algodon y la pulpa de Abacá que son ideales para este trabajo. Una buena proporción para el batido puede ser de 500 gm de pulpa por 20 l de agua. Estas batidoras son algo caras.
Tina o depósito plástico etc.. Sirve cualquier depósito capaz de contener líquidos. El tamaño de la tina, es bueno que se ajuste al formato de hoja que vamos a sacar, por ejemplo, si vamos a hacer hojas de 20x30cm, la tina puede ser de 30/35cm x 45cm, así podremos introducir la forma con comodidad y extraer la hoja sin agobios. Se puede calcular para la tina una proporción de 5o gm de pulpa desfibrada por litro de agua
Formador. Consta de dos partes, la Forma y la Tapa. Lo mas común es que estos dos elementos estén hechos en madera barnizada. La forma lleva cosida encima, una malla de plástico o metal inoxidable que actua a modo de cedazo dejando pasar el agua y reteniendo las fibras de celulosa. El formador de malla de plástico es el mas elemental y da buenos resultados. Su montaje no es mas que tensar y sujetar una malla plástica de 20 a 50 hilos por cm, al bastidor de madera. La malla puede ser de las utilizadas en serigrafía, también hay mallas llamadas de molinería que funcionan perfectamente. Con solo esto ya podríamos hacer una hoja de papel. El formador metálico es mas complejo en su montaje; pero es eterno y da un rendimiento superior al de plástico. Está compuesto por dos mallas de inoxidable, la malla base que sirve para mejorar el desgote de la hoja y dar resistencia al conjunto,es un malla abierta de 4a 8 hilos por cm sobre la que se apoya la malla fina que retiene las fibras y lleva un mínimo de 20 hilos por cm.
El molde de tela plástica es de una sola capa
Bayetas. Son telas sobre las que «poner» las hojas. Estas telas, sintéticas o naturales, tienen como función recibir la hoja de papel desde la forma mediante una leve presión, esta hoja ya depositada se cubre con otra bayeta hasta formar un montón de hoja-bayeta y todo ello se prensa.
Mediante una leve presión, la hoja húmeda se pega a la bayeta.
La prensa. Su función es extraer el agua de la hoja y compactar las fibras, Da al papel resistencia y flexibilidad y acelera su secado.
Hay prensas de fabricación casera, mucho mas asequibles que las hidraúlicas y que dan muy buenos resultados.
La prensa de la imagen está construida con un gato hidraúlico invertido. Estas prensas pueden alcanzar presiones suficientes para obtener muy buenos resultados y es una buena solución intermedia entre las carísimas hidraúlicas y las tradicionales de encuadernación.
El Tendedero. Una vez prensada la hoja hay que colgarla para que evapore el resto del agua que contiene. Pueden servir desde los tendederos caseros de la ropa hasta cualquier otro sistema que se nos ocurra.